miércoles, 30 de julio de 2014

Fragmento sobre la Consagración a María

[1] Por medio de la Santísima Virgen vino Jesucristo al mundo y por medio de Ella debe también reinar en el mundo. 
(del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María)  
Comentario: 
El Reino de Dios que pedimos que venga a nosotros en el Padrenuestro, ciertamente vendrá, pero será preparado por el Reino de María. María dio a luz a Jesús la primera vez, y lo dará nuevamente a luz en su Segunda Venida. Dios no cambia en su forma de actuar, y si Él quiso a la Virgen en todas las etapas de la vida de su Hijo Unigénito, es de esperar que seguirá actuando de la misma manera, y que el triunfo de Jesucristo vendrá de la mano de María, su Madre. Por eso, si queremos que Cristo reine en el mundo, debemos trabajar porque reine la Santísima Virgen y por extender su culto, pues Ella prepara el mundo a su Hijo. Y la mejor forma de extender el Reino de María es consagrándonos a Ella e invitando a otros a que se consagren, con lo cual la Virgen tendrá fieles hijos que cumplirán en todo sus designios y apresurarán el tiempo de la victoria definitiva de Dios.
¡Dulce Corazón de María!
¡Sé la salvación del alma mía!
El consejo de Cristo a Marta
Cristo le enseña a construir el presente mirando a la eternidad, pues así aprenderá el verdadero valor de las cosas. 
Autor: P. Juan J. Ferrán, L.C. | Fuente: Catholic.net

¿Cuál es el sentido de la vida humana?

Es ésta una pregunta que todos nos hacemos cuando vemos que no podemos lograr todo lo que queremos, cuando vemos que muere una persona en el inicio mismo de su vida, cuando contemplamos el sufrimiento de tantos seres humanos por culpa del egoísmo de los hombres, cuando vemos la desesperación de tantas personas ante el sufrimiento propio o de un ser querido. Y la realidad es que no podemos aceptar que todo se reduzca a nacer, vivir si es que se puede llamar vivir a muchas vidas, para terminar en la nada. El ser humano debe tener un fin más allá de las cosas que hace o que ve.

Marta representa para nosotros una forma de vivir. Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. Impresiona el cariño de Jesús por aquella mujer que se desvivía por atenderle y procurarle bienestar. El hecho de repetir dos veces su nombre es señal de cariño, de ternura y de reconocimiento a su labor. Pero Jesús quiere prevenirla contra un gran escollo de la vida: el vivir sin más, el irse tragando los días sin ver en el horizonte, el hacer muchas cosas, pero no preocuparse de lo más importante.

Marta es el símbolo de una humanidad que ha dado prioridad al hacer o al tener sobre el ser, a la eficacia sobre lo importante, a la inmanencia sobre la trascendencia. Marta somos cada uno de nosotros cuando en el día al día decimos: "no tengo tiempo para rezar, no tengo tiempo para formarme, no tengo tiempo para pensar, no tengo tiempo para Dios". Basta asomarse a la calle y a las casas para ver cuánto se hace, cómo se corre, cómo se vive. Pareciera que estamos construyendo la ciudad terrena o que hubiera que terminar cada día algo que mañana hay que volver a empezar.

El consejo de Cristo a Marta, santa después al fin y al cabo, está lleno de afecto, de afecto del bueno. La invita a tomarse la vida de otra forma, a respirar, a vivir serenamente, a preocuparse más de las cosas del espíritu. Ahí va a encontrar la paz y la tranquilidad. Le enseña a construir el presente mirando a la eternidad, pues así aprenderá el verdadero valor de las cosas.

Sin duda, Marta aprendió aquella lección y, sin dejar de ser la mujer activa y dinámica que era, en adelante su corazón se aficionó más a lo verdaderamente importante. Marta, por medio de Cristo, había comprendido que la vida tiene un sentido, que el fin del hombre está por encima de las cosas cotidianas.

lunes, 28 de julio de 2014

SOBRE LA ORACIÓN SANTA Y DEIFICANTE

27 de jul de 2014
En qué consiste esta oración divina.


La invocación de nuestro Salvador, hecha en los siguientes términos: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador” es oración, voto, confesión de fe, dadora del Espíritu Santo, otorgadora de dones divinos, purificación del corazón y expulsión de los demonios, morada de Jesucristo, fuente de reflexiones espirituales y pensamientos divinos, redención de los pecados, medicina de las almas y los cuerpos, otorgadora de iluminación divina, manantial de la misericordia de Dios, causa de revelaciones e iniciaciones divinas en humildad y en la única salvación, porque lleva consigo el nombre saludable de nuestro Dios, el único que es invocado sobre nosotros, el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios y, como dice el Apóstol, es imposible que en ningún otro seamos salvados .
 


Precisamente por eso es oración, pues con ella buscamos la misericordia divina; 
 
es voto, porque nos ofrecemos a Cristo mediante su invocación; es confesión, porque al declarar su fe en esos términos, Pedro fue llamado bienaventurado ; 
 
es dispensadora del Espíritu, pues ninguno dice: Señor Jesús, si no está en el Espíritu Santo (3); 
 
es otorgadora de los dones divinos, porque por ella Cristo dijo a Pedro: A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos (4); 
 
es purificación del corazón, porque ve e invoca a Dios mientras Él purifica al vidente; 
 
es expulsión de los demonios, porque en el nombre de Jesús fueron y son expulsados todos los demonios; 
 
es morada de Cristo porque, mediante su recuerdo, Él está en nosotros, es decir, habita en nosotros y nos colma de alegría. Ciertamente, se ha dicho: Me he acordado de Dios y me he alegrado (5); 
 
es fuente de reflexión y pensamientos espirituales, porque Cristo es tesoro de toda sabiduría y toda ciencia (6), y dona ambas a aquellos en quienes habita; 
 
es redención de los pecados porque: Lo que desates en la tierra será desatado en el Cielo (7); 
 
es medicina de las almas y los cuerpos, pues se dijo: En el nombre de Jesucristo, levántate y camina(8); y también: Eneas, Jesucristo te cuida (9); 
 
es dadora de iluminación divina, porque Cristo es la luz verdadera (10) y hace participar de su esplendor y su gracia a quienes lo invocan, según estas conocidas palabras: Que el resplandor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros (11), y: Quien me sigue, tendrá la luz de la vida (12); 
 
es manantial de misericordia divina, porque nosotros buscamos misericordia y el Señor es misericordioso, tiene compasión de todos aquellos que lo invocan, y toma venganza con quienes claman día y noche (14); 
 
es causa de revelaciones e iniciaciones divinas para los humildes, porque ellas fueron otorgadas al pescador Pedro según la revelación del Padre que está en los Cielos (15); también Pablo fue atrapado por Cristo y oyó revelaciones (16);  la oración siempre opera estas cosas; ella es la única salvación; en palabras del Apóstol: es imposible que seamos salvados de alguna y otra manera (17): Éste es el Cristo, el Salvador del mundo (18).
 


De ahí que, en el último día, toda lengua confesará y proclamará, quiérase o no, que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre (19). Tal es el signo de nuestra fe, porque somos y nos llamamos cristianos; tal el testimonio de nuestra pertenencia a Dios pues, como hemos indicado, está escrito que todo espíritu que proclama Señor a Jesucristo, diciendo que ha venido al mundo en carne verdadera, es Dios (20), mientras el espíritu que no confiesa esto no proviene de Dios, más bien es el anticristo, el espíritu que no reconoce a Jesucristo (21)
 


En consecuencia, es preciso que todo aquel que cree confiese incesantemente ese nombre, ya sea para proclamar la fe, ya sea por la caridad de nuestro Señor Jesucristo de la cual nada debe separarnos (22), ya sea por la gracia que viene de su nombre también la remisión, la redención, la medicina, la santificación, la iluminación y, sobre todo, la salvación.
 


En efecto, según ese nombre divino, los Apóstoles hicieron y mostraron maravillas. El evangelista dice: éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios –he aquí la fe- y para que creyendo tengáis la vida en su nombre (23), he aquí la salvación y la vida.

domingo, 27 de julio de 2014

Confiar en Dios

  El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz porque Yo Mismo tengo cuidado de ella. (Palabras de Jesús a Santa Faustina Kowalska - Diario #1273)
¡Qué lindo que es confiar en alguien! ¡Y qué dolor se siente cuando uno es traicionado en su confianza! Pero con Dios no sucede así, porque quien más confía en Él, en su Misericordia y Bondad, cada vez es más feliz, y puede dejar todas sus cosas en manos de Dios, porque Él sabrá conducir al alma por los caminos de la felicidad.
El Sagrado Corazón de Jesús quiere que hagamos un pacto con  Él. Nos ha dicho:"Cuida tú de mi honra y de mis cosas, que mi Corazón cuidará de ti y de las tuyas".
Éste es un dulce pacto que debemos hacer realidad, cumpliendo por nuestra parte lo que nos toca a cada uno de nosotros, es decir, ocuparnos por la gloria de Dios y la salvación de las almas, que de todo lo nuestro se ocupará el Señor.
Debemos confiar en Dios hasta el punto de parecer tontos, porque así hizo la Virgen, que confió en Dios a pesar de todas las apariencias en contra. ¿No confió de esa manera en el Calvario, cuando moría su Hijo como un delincuente?
Efectivamente nunca tendremos suficiente confianza en Dios. ¡Y son tantas las ventajas! Leamos lo que nos dice Jesús Misericordioso:
"Que las almas que tienden a la perfección adoren especialmente Mi misericordia, porque la abundancia de gracias que les concedo proviene de Mi misericordia. Deseo que estas almas se distingan por una confianza sin límites en Mi misericordia. Yo Mismo Me ocupo de la santificación de estas almas, les daré todo lo que sea necesario para su santidad. Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto mas confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus corazones." (Diario #1578)
Con estas palabras de Jesús ya no podemos ser infelices, porque si confiamos en Dios, en su Misericordia, tendremos y obtendremos todo de Él.

sábado, 26 de julio de 2014




Todos somos nazarenos

26 de jul de 2014
El nuevo orden islamista anunciaba en un texto distribuido a toda la población en la provincia iraquí de Nínive que a cualquier cristiano que no se sujetara a la nueva ley “le espera la espada”, la muerte.
<em> Apuntando a los cristianos iraquíes: </em> نProbablemente haya visto el símbolo árabe 'ن' recientemente en algún perfil de Facebook o Twitter. Es la forma en la que cristianos de todo el mundo están dando a conocer la persecución casa por casa que se vive estos últimos meses en las zonas controladas por el Estado Islámico que ocupa parte de Siria e Irak. 'ن' es el símbolo árabe para ‘N’ y los islamistas lo han usado en los últimos días para marcar los edificios de los “nazarenos” en Mosul, es decir, los pocos cristianos que aún no han huido.
 Uno de los símbolos del intento de erradicación del cristianismo en tierras en las que los seguidores de Jesús han existido desde hace 2.000 años es una pintada que fue apareciendo en decenas de edificios. Lo explicaba Louis Raphael Sako, patriarca cristiano de Irak, en una predicación escrita que se convirtió en carta abierta, recogida por la agencia de noticias AFP, y que se dirigía “a todos los que tienen una conciencia por Irak”:
“En los últimos días, se ha escrito la letra ‘N’ en árabe (ن) en la pared de los hogares de cristianos, significando ‘Nazara’: nazareno o cristiano. (…) No sabemos lo que sucederá en los próximos días, porque en un estado islámico la Sharía es poderosa y ha sido interpretada en el sentido de que se emitirán nuevos documentos de identidad de la población en base a su afiliación religiosa”.

La carta, escrita el 17 de julio, también explicaba: “De golpe nos hemos visto sorprendidos por la proclamación del estado islámico y el anuncio llamando a todos los cristianos a convertirse al islam o pagar la ‘jizyah’ (un impuesto que deben pagar los no musulmanes mientras vivan en tierras islámicas). La única alternativa es abandonar la ciudad y sus casas. (…) Además, según la ley islámica, sus casas dejan de pertenecerles y son instantáneamente confiscadas como nueva propiedad del Estado Islámico”.
 El nuevo orden islamista anunciaba en un texto distribuido a toda la población en la provincia iraquí de Nínive que a cualquier cristiano que no se sujetara a la nueva ley “le espera la espada”, la muerte. El mensaje fue difundido a todos los musulmanes en las propias mezquitas y se divulgó después hasta llegar a las casas de cristianos.
MOSUL: DE 100.000 CRISTIANOS A APENAS NINGUNO
Hace 10 años, Mosul (la segunda ciudad más importante de Irak) tenía 100.000 cristianos. Según datos de The Guardian, tras la invasión esatounidense y la posterior guerra, los números fueron cayendo hasta quedarse sólo en 5.000, hace un mes, en los momentos previos a la llegada del ISIS. En estos momentos, se estima que quedarían en la región poco más de 200 cristianos. Decenas de miles han huido en los últimos meses, y algunas fuentes apuntaban hace uno días que  Mosul se habría quedado prácticamente sin un solo cristiano, por primera vez desde que el evangelio llegara a estas tierras.
Puertas Abiertas explicaba detalles a la tragedia: “Hay informaciones que apuntan a que los cristianos [que huyen] están siendo parados en los puntos de control militares por militantes [islamistas], que les confiscan dinero, joyas, móviles e incluso medicinas. Una fuente de World Watch [informadores sobre persecución religiosa] nos ha explicado como una familia cristiana de Mosul tratando de pasar un control militar fue forzada por militantes de ISIS a salir de su coche. Se les confiscaron sus bienes y se les metió en otro vehículo, que fue conducido a cierta distancia, desde donde se obligó a la familia a seguir su camino de huída a pie”.
LA 'ن' PARA VISIBILIZAR EL TERROR
 En los últimos días, miles de usuarios en internet (no sólo cristianos) se han puesto como foto de perfil el signo'ن', y así identificarse también como ‘nazarenos’. El marcaje con el que se está apuntando públicamente a los cristianos en el nuevo estado islamista recuerda brutalmente a la estrella de David con la que se marcó a los judíos durante el régimen nazi, denuncian muchos.
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viernes, 25 de julio de 2014

La joven doctora y madre cristiana y su esposoDaniel Wani, agradecen al Pontífice su apoyo y oraciones y las gestiones vaticanas para su liberación. El Santo Padre les  corresponde por su firmeza en la Fe, pese a la amenaza que pesaba sobre su vida.
REDACCIÓN HO.-Meriam Yehia Ibrahim, la joven doctora y madre de familia cristiana que fue condenada a muerte en Sudán por no renunciar a su Fe en favor del Islam y a la que tras ser absuelta, después de una gran cadena de oración y de presión internacional, se le prohibió salir de Sudán, ha sido recibida este jueves en audiencia por el Papa Francisco, tras llegar esta mañana a Roma en un avión del gobierno italiano. Numerosos ciudadanos la recibieron a ella y a su familia en el aeropuerto, protagonizando escenas de júbilo tras los intensos esfuerzos internacionales por liberarla.
Meriam Ibrahim y su esposo, Daniel Wani, agradecieron al Pontífice su apoyo; el Papa Francisco les agradeció a su vez que permanecieran fimes en la Fe, pese a la amenaza de muerte que pesaba contra ella de no apostatar.
Meriam llegó esta mañana a Italia en un avión del gobierno y aterrizó en el aeropuerto romano de Ciampino, acompañada por su familia y el secretario de Asuntos Exteriores italiano, Lapo Pistelli, quien voló a Sudán para recogerla la tarde de ayer miércoles. Meriam ha sido liberada tras intensas negociaciones diplomáticas protagonizadas por el Gobierno italiano y el Vaticano, que junto a las gestiones de EEUU, han logrado acabar con un calvario que ha durado casi un año.

"Hoy estamos felices, éste es un día de celebración", dijo el ministro Matteo Renzi, al saludar a Meriam y a su familia, a los que recibió en compañía de su esposa, Agnese.  "Este gesto de Sudán es un testimonio de la amistad entre nuestros países", señalaba por su parte Pistelli, quien conoció a Meriam hace dos semanas en la Embajada estadounidense en Jartum, donde ella y su familia buscaron refugio tras su intento fallido de viajar a los Estados Unidos.
Pistelli confirmó que las autoridades sudanesas devolvieron a Meriam su pasaporte en la Embajada el miércoles por la tarde, cuando también fue informada de que podría irse con su marido, Daniel Wani, de nacionalidad estadounidense, y sus dos hijos, Maya, nacida en prisión estando encadenada, y el pequeño Martin, de 22 meses. Pistelli,  que salió de Italia a las 18:45 del  pasado miércoles para recogerles, ha señalado hoy  a los periodistas que ella y sus dos hijos estaban en excelente estado de salud.
El diplomático italiano señaló que el Papa Francisco había expresado "su gratitud y alegría" cuando se le informó de la llegada de Meriam. El Vaticano confirmó que ella y su familia se reunirían con el Pontífice hoy, antes de que se trasladen a Estados Unidos en unos días.
Cadenas de oración y campañas internacionales
Meriam había quedado atrapada en Sudán desde su excarcelacióntras pasar un calvarioacusada de apostasía por mantenerse fiel al cristianismo, 'delito' por el que fue condenada a muerte el pasado 15 de mayo, y al que sumaron otra condena por adulterio, por el que recibiría antes de su ejecución 100 latigazos, al haberse unido a un cristiano. Dio a luz encadenada en una celda de la cárcel de Jartum ese mismo mes de mayo. El Tribunal de Apelaciones aceptó un mes más tarde su recurso y quedó en libertad, pero al ir a abandonar el país fue nuevamente detenida, acusada esta vez de falsificar su documentación, pese a que tanto EEUU como Sudán del Sur señalaron que eran válidos. Ella siempre insistió en defender su fe cristiana, indicando que fue criada en ella por su madre, ortodoxa etíope, después de que su padre les abandonara cuando era pequeña.
El caso atrajo la indignación internacional y la Corte Suprema del país anuló la condena a muerte en junio. Desde HO, agradecemos el compromiso de los miles de ciudadanos que se han sumado a las cadenas de oración y a la campaña por su liberación emprendida por MasLibres.org, que logró más de 64.500 firmas, entregadas por nuestra plataforma en defensa de la libertad religiosa en la Embajada de Sudán en España, tras el acto celebrado ante sus puertas el pasado 12 de junioTambién agradecemos las adhesiones a la campaña de nuestra plataforma hermana, CitizenGO, en la que se reunieron más de 310.300 firmas.
El caso de Meriam fue uno de los temas que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, planteó en su discurso de inauguración del semestre de presidencia italiana de la Unión Europea, en el que dejó claro que Europa debía actuar para poner fin a los problemas de esta cristiana sudanesa, junto al secuestro de las niñas raptadas por terroristas islámicos de Boko Haram en Nigeria. "Si no hay una reacción europea no podemos sentirnos dignos de llamarnos Europa", aseguró entonces Renzi.
El pasado jueves, 17 de julio, el Parlamento Europeo aprobó la Propuesta de Resolución Común sobre Sudán –Caso de Meriam Yahia Ibrahim (2014/2727(RSP)En el texto de la Propuesta, que adjuntamos íntegro, se insta a la Eurocámara a adoptar diversas medidas en pro de garantizar la libertad total de Meriam Ibrahim y de su familia, así como para presionar a Sudán para que respete los derechos humanos y derogue su legislación que discrimina por razón de género o religión. Todo ello, a raíz de los hechos probados en el caso de Meriam y en virtud de diversas Declaraciones y Vistas realizadas hasta el momento, así como de los diversos pactos internacionales. 
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¡Por fin la gran noticia!
¡Meriam Ibrahim ya es libre!

El Papa Francisco la ha recibido en cuanto ha aterrizado

jueves, 24 de julio de 2014

Oración por la paz en Medio Oriente y en Ucrania

20 de jul de 2014
El silencio domina la Plaza San Pedro: el pastor reza con los fieles por la paz en Medio Oriente y en Ucrania
Papa Francisco
Este domingo, en el que se lee en las Iglesias del mundo la parábola evangélica del trigo y la cizaña, símbolos del bien y del mal, Francisco lanzó un llamado por la situación de los cristianos obligados a dejar diferentes zonas controladas por los milicianos jihadistas del Isil en Irak. “He recibido con preocupación las noticias procedentes de las Comunidades cristianas en Mosul (Iraq) y en otras partes de Oriente Medio, donde se da el inicio del cristianismo, vivían con sus conciudadanos, ofreciendo una contribución significativa al bien de la sociedad. Y a ustedes que están en plaza, les invito a rezar en la oración, Les invito a recordarles en la oración. Les exhorto además, a perseverar en la oración por las situaciones de tensión y de conflicto que persisten en diferentes partes del mundo, especialmente en Oriente Medio y Ucrania”.

Francisco afirmó que el mal en el mundo no viene de Dios sino de su enemigo el Maligno, que muy astutamente siembra el mal en medio del bien, de modo que es imposible separarlos netamente; pero Dios al final podrá hacerlo. El segundo argumento, dijo Francisco, es la contraposición entre la impaciencia de los servidores y la paciencia y misericordia de Dios que ve mejor que nosotros la basura, pero ve también los gérmenes de bien y espera con paciencia que maduren, con la certeza de que el mal no tiene ni la primera ni la última palabra. Gracias a esta paciencia de Dios también la cizaña puede convertirse en trigo, afirmó el Papa, asegurando que el mal será quitado y eliminado en el tiempo de la cosecha, es decir en el tiempo del juicio.
“Que el Dios de la paz -pidió Bergoglio- suscite en todos un auténtico deseo de diálogo y de reconciliación. La violencia no se vence con la violencia. ¡La violencia se vence con la paz!”.
 
 
 
“Hoy, nuestros hermanos son perseguidos, expulsados, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada -reconoció Bergoglio. Garantizo a estas familias y a estas personas mi cercanía y mi constante oración; queridos hermanos y hermanas tan perseguidos, yo sé cuánto sufren, yo sé que han sido despojados de todo. Estoy con ustedes en la fe en Aquel que venció sobre el mal. Y a todos ustedes, aquí en la Plaza, y a todos los que nos siguen la televisión, les invito a recordarlos en la oración”.


fuente: Vatican Insider

miércoles, 23 de julio de 2014

Cristianismo...religión para valientes
No nos acobardemos, no tengamos miedo, al contrario, nos hemos de sentir orgullosos de ser y profesar el ser cristianos.
Autor: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net



"Hace muchos, muchos años..." así empezaban los cuentos de antaño, pero esto no es un cuento sino una tremenda y dolorosa realidad, los primeros cristianos fueron perseguidos y martirizados de una y mil maneras de lo más bárbaras e inhumanas: encarcelados, torturados, decapitados y así murieron los primeros testigos de Cristo y después... una serie incontable de seres humanos, a través de los siglos han derramado su sangre sobre la faz de la Tierra por dar testimonio de su fe y por querer seguir con el mandato, que a todos nos obliga y que Cristo nos dejó: ¡Id, por el mundo y predicar el Evangelio!

Se escondían en catacumbas para celebrar la Santa Misa y repartir la Eucaristía, pero llenos de valor con la presencia del Espíritu Santo en sus corazones, salían a dar evidencia, cumpliendo la petición que el Maestro les dejara al partir, para reunirse ya resucitado, con su Padre.

Hoy, a muchos años de distancia, tanto como algo más de 20 siglos, seguimos viendo que aquello que dijo Jesús:

Si el mundo os odia, sabed que a mi me ha odiado antes que a vosotros. Si fueraís del mundo, el mundo amaría lo suyo ,porque yo al elegirlos os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Si a mi me han perseguido también os perseguirán a vosotros. Pero todo esto lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mi. Os he dicho esto para cuando llegue la hora, os acordeís de que yo ya os lo había dicho (Juan 15, 14-16) .

Y esto se hace verdad a través del tiempo y hasta nuestros días. El Santo Papa Juan Pablo II llevó a los altares a muchos mártires mexicanos y a sacerdotes, religiosas y laicos de la Guerra Civil española y del mundo entero.

Constante y tristemente nos llegan noticias, de cómo en algunas aldeas en lejanos países mueren asesinados por defender la religión católica... La sangre sigue y seguirá derramándose hasta el final de lo tiempos porque las palabras de Cristo se cumplen.

Al Papa Francisco le duele el corazón y sufre por sus hijos, a nosotros, tan lejanos de esa tierras, también.

Y no siempre se llega al extremo de derramamiento de sangre, porque gracias a Dios, no en todo el mundo los seres humanos son perseguidos por su fe, pero de una u otra forma, aunque se vive en naciones donde hay libertad de cultos, a veces nos duelen las burlas y los comentarios de personas que nos tildan de anticuados y "mochos" por nuestro modo de pensar y de vivir.

No nos acobardemos, no tengamos miedo, al contrario, nos hemos de sentir orgullosos de ser y profesar el ser cristianos.

Y llenos de paz y de alegría recordemos siempre las palabras de Cristo al decirnos:- Por todo aquel que se declare por mi ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quién me niegue ante los hombres, lo negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. (Mateo 10, 32. Lucas, 12, 8-9.)

martes, 22 de julio de 2014


María Magdalena, la enamorada de Dios
El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor total. "Para mí la vida es Cristo" 
Autor: Juan J. Ferrán, L.C. | Fuente: Catholic.net


Realmente nos encontramos en el Evangelio a un personaje muy especial del que nos pareciera saberlo todo y del que casi no sabemos nada: María Magdalena. Magdalena no es un apellido, sino un toponímico. Se trata de una María de Magdala, ciudad situada al norte de Tiberíades. Sólo sabemos de ella que Cristo la libró de siete demonios (Lc 8, 2) y que acompañaba a Cristo formando parte de un grupo grande mujeres que le servían. Los momentos culminantes de su vida fueron su presencia ante la Cruz de Cristo, junto a María, y, sobre todo, el ser testigo directo y casi primero de la Resurrección del Señor. A María Magdalena se le ha querido unir con la pecadora pública que encontró a Cristo en casa de Simón el fariseo y con María de Betania. No se puede afirmar esto y tampoco lo contrario, aunque parece que María Magdalena es otra figura distintas a las anteriores. El rostro de esta mujer en el Evangelio es, sin embargo, muy especial: era una mujer enamorada de Cristo, dispuesta a todo por él, un ejemplo maravilloso de fe en el Hijo de Dios. Todo parece que comenzó cuando Jesús sacó de ella siete demonios, es decir, según el parecer de los entendidos, cuando Cristo la curó de una grave enfermedad.


María Magdalena es un lucero rutilante en la ciencia del amor a Dios en la persona de Jesús. ¿Qué fue lo que a aquella mujer le hechizó en la persona de Cristo? ¿Por qué aquella mujer se convirtió de repente en una seguidora ardiente y fiel de Jesús? ¿Por qué para aquella mujer, tras la muerte de Cristo, todo se había acabado? María Magdalena se encontró con Cristo, después de que él le sacara aquellos "siete demonios". Es como si dijera que encontró el "todo", después de vivir en la "nada", en el "vacío". Y allí comenzó aquella historia.

El amor de María Magdalena a Jesús fue un amor fiel, purificado en el sufrimiento y en el dolor. Cuando todos los apóstoles huyeron tras el prendimiento de Cristo, María Magdalena estuvo siempre a su lado, y así la encontramos de pié al lado de la Cruz. No fue un amor fácil. El amor llevó a María Magdalena a involucrarse en el fracaso de Cristo, a recibir sobre sí los insultos a Cristo, a compartir con él aquella muerte tan horrible en la cruz. Allí el amor de María Magdalena se hizo maduro, adulto, sólido. A quien Dios no le ha costado en la vida, difícilmente entenderá lo que es amarle. Amor y dolor son realidades que siempre van unidas, hasta el punto de que no pueden existir la una sin la otra.


El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor total. "Para mí la vida es Cristo", repetiría después otro de los grandes enamorados de Cristo. Comprobamos este amor en aquella escena tan bella de María Magdalena junto al sepulcro vacío. Está hundida porque le han quitado al Maestro y no sabe dónde lo han puesto. La muerte de Cristo fue para María un golpe terrible. Para ella la vida sin Cristo ya no tenía sentido. Por ello, el Resucitado va enseguida a rescatarla. Se trata seguro de una de las primeras apariciones de Cristo. Era tan profundo su amor que ella no podía concebir una vida sin aquella presencia que daba sentido a todo su ser y a todas sus aspiraciones en esta vida. Tras constatar que ha resucitado se lanza a sus pies con el fin de agarrarse a ellos e impedir que el Señor vuelva a salir de su vida.

El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor de entrega y servicio. Nos dice el Evangelio que María Magdalena formaba parte de aquel grupo de mujeres que seguía y servía a Cristo. El amor la había convertido a esta mujer en una servidora entregada, alegre y generosa. Servir a quien se ama no es una carga, es un honor. El amor siempre exige entrega real, porque el amor no son palabras solo, sino hechos y hechos verdaderos. Un amor no acompañado de obras es falso. Hay quienes dicen "Señor, Señor, pero después no hacen lo que se les pide". María Magdalena no sólo servía a Cristo, sino que encontraba gusto y alegría en aquel servicio. Era para ella, una mujer tal vez pecadora antes, un privilegio haber sido elegida para servir al Señor.


El amor de María Magdalena a Cristo constituye para nosotros una lección viva y clarividente de lo que debe ser nuestro amor a Dios, a Cristo, al Espíritu Santo, a la Trinidad. Hay que despojar el amor de contenidos vacíos y vivirlo más radicalmente. Hay que relacionar más lo que hacemos y por qué lo hacemos con el amor a Dios. No debemos olvidar que al fin y al cabo nuestro amor a Dios más que sentimientos son obras y obras reales. El lenguaje de nuestro amor a Dios está en lo que hacemos por Él.

En primer lugar, podemos vivir el amor a Dios en una vida intensa y profunda de oración, que abarca tanto los sacramentos como la oración misma, además de vivir en la presencia de Dios. En estos momentos además nuestra relación con Dios ha de ser íntima, cordial, cálida. Hay que procurar conectar con Dios como persona, como amigo, como confidente. Hay que gozar de las cosas de Dios; hay que sentirse tristes sin las cosas de Dios; hay que llegar a sentir necesarias las cosas de Dios.

En segundo lugar, tenemos que vivir el amor a Dios en la rectitud y coherencia de nuestros actos. Cada cosa que hagamos ha de ser un monumento a su amor. Toda nuestra vida desde que los levantamos hasta que nos acostamos ha de ser en su honor y gloria. No podemos separar nuestra vida diaria con sus pequeñeces y grandezas del amor a Dios. No tenemos más que ofrecerle a Dios. Ahí radica precisamente la grandeza de Dios que acoge con infinito cariño esas obras tan pequeñas. De todas formas la verdad del amor siempre está en lo pequeño, porque lo pequeño es posible, es cotidiano, es frecuente. Las cosas grandes no siempre están al alcance de todos. Además el que es fiel en lo pequeño, lo será en lo mucho.


Y en tercer lugar, tenemos que vivir el amor a Dios en la entrega real y veraz al prójimo por Él. "Si alguno dice: Yo amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no pude amar a Dios a quien no ve" (1 Jn 4,20). El amor a Dios en el prójimo es difícil, pero es muchas veces el más veraz. Hay que saber que se está amando a Dios cuando se dice NO al egoísmo, al rencor, al odio, a la calumnia, a la crítica, a la acepción de personas, al juicio temerario, al desprecio, a la indiferencia, a etiquetar a los demás; y cuando se dice SÍ a la bondad, a la generosidad, a la mansedumbre, al sacrificio, al respeto, a la amistad, a la comprensión, al buen hablar. La caridad con el prójimo va íntimamente ligada a la caridad hacia Dios. Es una expresión real del amor a Dios.

Mosul; «Los islamistas entran a las casas y se llevan todo. Es un genocidio»

20 de jul de 2014
El llamado de mons. Nona, arzobispo caldeo de la ciudad: «Que el mundo nos ayude»
Los cristianos en la mira de los islamistas
«Este es un nuevo genocidio; nuestra denuncia debe ser fuerte». El dramático llamado es de monseñor Amel Nona, arzobispo caldeo de Mosul, la ciudad de la que están huyendo miles de cristianos después de la nueva oleada de persecución desatada por los jihadistas del Estado Islámico. A pocas horas de que comience la represión anunciada, se reunió en Ankawa, a pocos kilómetros más allá de la frontera con el Kurdistán iraquí, con otros líderes religiosos cristianos del centro y del norte de Irak: Bashar Matiwardah, arzobispo de Erbil, y Nichodemus Daoud Matti Sharaf, de la Iglesia ortodoxa de Mosul, Kirkuk y Kurdistán. El objetivo fue el de unir sus fuerzas para demostrar al mundo lo que está sucediendo en la región, «el enésimo episodio de la persecución de los cristianos que prosigue desde 1913».
 
 
 
 
 
 
 
«Las cosas –explicó– precipitaron el viernes; comenzamos a recibir una enorme cantidad de llamadas desde Mosul y alrededores de personas que pedían ayuda y consejo: la policía islámica y el Isil habían puesto en marcha una caceríad e cristianos y, al interceptarlos, les ofrecían dos opciones: huir o morir». El religioso narra además que los jihadistas hicieron irrupción en las casas y se llevaron todo lo que encontraron: pasaportes, documentos, dinero, joyas y celulares. «Cientos de familias fueron despojadas de todos sus bienes antes de ser expulsadas de la ciudad; otros fueron golpeados en el “check-point” de los islamistas mientras estaban huyendo».



En cuanto al signo escrito en la puerta de las casas de los cristianos (“Nazrainy”) para identificarlos con desprecio, el religioso indicó: «Es por ello que es un nuevo genocidio». El primer paso es denunciar al mundo lo que está sucediendo y después proceder inmediatamente para ayudar a los desplazados. El primer grupo es de alrededor de 2500 personas. «Ya hemos acogido a unas 50 familias en una de nuestras Iglesias de Al Qosh», cerca de Tall Kayf, la llamada “tierra de frontera”, esa línea de fuego en la que la distancia entre el último “check point” Peshmerga y el primero del Estado Islámico es de solo un kilómetro. Desde allí huyen los cristianos gracias a los corredores de seguridad creados por los “Guerreros que ven la muerte” y Unicef. 
 
 
 
 
 
Marzio Babile, responsable de Unicef en Irak, quiso reunirse con Nona, «para coordinar las operaciones de primeros auxilios y poner a salvo a los perseguidos». Babile explica que hoy podrían llegar 900 desplazados a Ankawa, ciudad al norte de Erbil. «La tragedia dentro de la tragedia», prosigue el arzobispo de Mosul. «El 4 de junio fui a celebrar misa a una parroquia fuera de Mosul; al día siguiente traté de volver a la ciudad, pero se desencadenó lo que hemos visto». Y que no ha acabado. Desde entonces, Nona no ha vuelto a Mosul y ayuda a sus compatriotas desde afuera, recibiéndolos: «Entonces les dije que lo peor estaba todavía por venir. Y es así».
 


lunes, 21 de julio de 2014

El pecado trampolín para la santidad
Un pecado nos apena porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros.
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net



Un pecado nos apena. Porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros (aunque no nos demos cuenta), porque herimos a la Iglesia.

Desde esa pena, si tenemos confianza y nos abrimos a la gracia divina, surge el arrepentimiento. Llega la hora de pedir perdón. Entonces acudiremos al sacramento de la confesión, y tomaremos un generoso propósito de enmienda.

Pero a veces el pecado deja en nuestras almas la idea de que ya no podemos ser santos. Quizá habíamos trabajado por un tiempo para evitar un pecado, para extirpar una mala tendencia y para ser más buenos. Un momento de rabia, un pacto con el placer, una ambición que nos impidió ayudar a un pobre, y un nuevo pecado apareció en nuestras vidas: ¡otra vez caímos!

Se insinúa en nuestro interior una voz engañosa: la santidad no es para ti, no vas a poder, el mal siempre acaba por imponerse en tu alma, eres demasiado frágil...

Esa voz puede surgir desde el orgullo herido: pensábamos que aquel defecto ya estaba superado, y de repente renace con una fuerza que confunde y entristece. O puede surgir desde el demonio, experto en desalentar y mentir, hasta el punto de insinuar que ni siquiera Dios puede perdonarnos.

Necesitamos romper con ese orgullo destructor y cerrar los oídos a la voz del diablo. Porque para el cristiano el pecado no es nunca algo irremediable. Existe la gracia, existe la misericordia, existe un Dios Padre que envió a su Hijo y derramó el Espíritu Santo.

Entonces es posible algo maravilloso: ese pecado que para muchos parece un obstáculo para la santidad se convierte en un medio que nos conduce a ella. ¿Cómo? Porque nos hace humildes, nos acerca a Dios, nos permite acoger su misericordia.

Se hace realidad aquella maravillosa idea que expresó san Pablo desde la experiencia de su propia vida: "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Rm 5,20). O lo que dijo en otro de sus textos: "cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte" (2Co 12,10).

De esta manera, el pecado se convierte en un auténtico trampolín para la santidad. No porque sea un medio para mejorar (nunca hemos de escoger el pecado en sí mismo), sino porque Dios es tan bueno que se vuelca con un cariño inmenso sobre el pecador arrepentido.

He pecado, lo confieso con pena. Acudo a Dios, acojo su perdón, me dejo guiar por su gracia. Entonces se produce el milagro: brilla la esperanza, la santidad está más cerca, y hay banquete de fiesta en el Reino de los cielos...

Mensaje a los Apóstoles de la Inmaculada

Ejemplos del rezo de las Tres Avemarías. 
Ejemplo 10. 
Resistencia vencida 
“En Zaragoza (España), hace años, un día, por no sé qué extraña coincidencia, aunque estaba abierto el templo de Nuestra Señora del Pilar, y era posible la oración en el mismo, la Virgen está sola en su Capilla, de pie sobre el secular trono de jaspe recubierto de plata. Parece esperar con majestad de Reina y amor de Madre a alguno de sus hijos con quien quiere mantener secreta audiencia. Por esto ha despejado por  unos momentos la multitud de devotos que suele disputarse los escasos huecos de la alta reja que cierra el Sancta Sanctorum de la Angélica Capilla.
En un confesionario próximo hay sentado un Padre de la Compañía de Jesús, en espera de ejercer su ministerio. Ya iba a levantarse en vista de que no había penitentes que atender allí, cuando ve de pronto que un oficial del ejército se arrodilla a los pies de la Virgen. Le observa, y advierte en él una gran turbación reflejada en su semblante y en todo su cuerpo, no mostrando el fervor del peregrino, ni la admiración del artista, sino más bien la lucha interna del alma, a quien dice Dios como a Saulo: “Es duro para ti golpear contra el aguijón”...
El confesor espera. Baja los ojos para orar con más recogimiento; y vuelve a levantarlos por si hay novedad. Pero el oficial del ejército se ha marchado. La Virgen está de nuevo sola... Baja los ojos el jesuita, y otra vez a poco los levanta y ve al militar que ha vuelto a ocupar su puesto, con más turbación que antes. Otra vez después desaparece; y otra vez vuelve a aparecer. Una nueva desaparición del misterioso militar hace perder al buen Padre las esperanzas de intervenir, y decididamente se levanta para salir del confesionario. Pero en ese mismo momento se presenta el oficial a su lado en ademán de detenerle.
Espere, por favor, le dice: quiero confesarme, y antes de hacerlo le voy a contar lo que me pasa... Hace muchos años que vivo alejado de la Iglesia; pero nunca he podido olvidar dos encargos que me hizo mi querida madre, en la hora de su muerte: rezar diariamente tres Avemarías, y hacer una visita, en Zaragoza, a la Santísima Virgen del Pilar. Lo primero nunca he dejado de cumplirlo (recé todos los días las tres Avemarías); lo segundo lo he querido hacer en llegando a Zaragoza, aunque sentía tentaciones de dilatarlo. Y orando a los pies de Nuestra Señora, he oído una voz que me decía: “confiésate”, y aunque no vi en la Capilla criatura humana que me lo pudiera decir, he respondido: “no quiero”... “Confiésate”, he oído decir por segunda vez, y he respondido: “antes morir”... ¡Cómo había de confesarme yo que tanto he hablado contra la confesión!... “Confiésate o mueres”, me dice la voz misteriosa por tercera vez... Dos veces, durante esta lucha, me he levantado para salir de la iglesia, y he dado algunos pasos fuera de la Capilla, y otras dos veces he vuelto a los pies de la Virgen del Pilar. Después de este tercer aviso, ya no puedo resistir más. Por tanto, Padre, voy a confesarme; treinta y seis años hace que no lo hago...
Largo rato duró la confesión. Luego, a pesar de la humilde resistencia del penitente, el Padre le obligó a acercarse a la sagrada mesa y comulgar. Y seguidamente se quedó el militar haciendo la guardia a su Reina y Madre... Pasó la tarde; sucediéronse uno a otro los rosarios, se cantaron los gozos, y el oficial continuaba inmóvil a los pies de la Virgen. Por fin llegó la hora de cerrar el Santuario, y el sacristán, que se vio obligado a avisarle para que saliera, pudo notar que el mármol del pavimento estaba humedecido con las lágrimas del penitente... Nada más se ha sabido de él; siendo de esperar que la Virgen Santísima, Medianera de todas las gracias, le haya obtenido la de la perseverancia.
El confesor refirió el caso a un respetable sacerdote que lo transmitió a la R. M. Superiora General de las Adoratrices, de cuyos labios lo hemos oído.” (P. Nazario Pérez, S. J. –Revista “El Propagador de las tres Avemarías”. –Padres Capuchinos. –Valencia. –Octubre de 1966.)
¡Ave María Purísima!
¡Sin pecado concebida!

domingo, 20 de julio de 2014

María y una pregunta de Jesús...
¿Quién es mi Madre? Pues, la que hizo la Voluntad de mi Padre y si queréis ser realmente mi hermano, mi hermana y mi madre, debes hacerte, hijo de esta Madre. 
Autor: Marír Susana Ratero | Fuente: Catholic.net




Madre, en la Misa de hoy se ha leído una parte del Evangelio que mucho me cuesta comprender... y me quedo mirando tu imagen, buscando en ti las palabras que no hallo.

Más, Tu siempre eres respuesta a tus hijos cuando la búsqueda es sincera, llena de amor y confianza..

Ven, hija- y te sigo... ya se hace costumbre al alma el seguirte, porque siempre tu compañía me deja mejor trazado el camino hacia Tu Hijo...

Llegamos a Cafarnaúm. Jesús está en casa. Se ha juntado tanta gente que ni siquiera puede comer.

Nos acercamos sin entrar. Nos quedamos junto a la puerta. Allí también se hallan los primos de Jesús (la palabra "hermano", en hebreo, abarca a los primos y parientes)

La gente reparó en ti. Es que tu presencia jamás pasa inadvertida para tus hijos.

La Llena de Gracia, la que ganó por humildad los más grandes regalos de amor del Padre.

La Llena de gracia y en la puerta... esperando, sin hacer ostentación de tus privilegios de Madre.

Y Jesús te ve... y saca de tu presencia una profunda enseñanza...

Le dice la gente "Tu Madre y tus hermanos te buscan, ahí afuera"

La escena es clara, la distancia prudente...

Y Jesús nos habla entonces acerca de ti...

¿Quién es mi Madre?- Y sus ojos brillan de manera especial... como haciendo eco a esta pregunta, como diciendo:

¿Sabéis vosotros quién es, realmente, esa simple mujer que todos conocen? ¿Sabéis acaso que Ella está en el Corazón del Padre desde antes de la Creación del mundo? ¿Sabéis que sólo en Ella hallé mi complacencia para venir del Padre hasta vosotros? ¿Conocéis que los días que habité en su purísimo vientre fueron los más serenos, los más parecidos a la Mansión del Padre de donde venía?

- ¿Quién es mi Madre?
-repite tu Hijo, María, y veo tu mirada baja, humilde, sencilla...

Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, sentados esperando una palabra, un camino... si, Tu Hijo, Madre, les habla a los que se acercan a El y allí se quedan, en espera, Tu Hijo les muestra el camino. El camino que Tú has recorrido...

Pues, la que hizo la Voluntad de mi Padre (y Jesús volvió a escuchar en su Corazón tus palabras de la Anunciación "Hágase en mi Su Voluntad") y si queréis ser realmente mi hermano, mi hermana y mi madre, debéis haceros, en vuestro corazón, hijos de esta Madre...

Extiendes tu Mano, Madrecita, buscando la mía, como siempre, como cada día aún cuando no lo noto, más aún cuando te creo ausente...

Miro a Jesús a los ojos y mi corazón susurra un "gracias" tembloroso y emocionado, un silencioso "gracias"" que Jesús escucha en las profundidades de mi alma...

Y me dejo llevar por Ti, María, para aprender, en Tu Corazón, el camino de la Voluntad del Padre...

Amiga mía, amigo mío que lees estas líneas. María tiende hacia ti su Mano. Tómala confiado, que Ella te llevará por un camino corto, perfecto, fácil y seguro, donde Jesús te espera para decirte "hermana mía, hermano mío"

viernes, 18 de julio de 2014

¿Me estoy haciendo viejo?
¡Cuántos personajes, cuántos seres queridos, de repente, han comenzado a desfilar en la pantalla de mi corazón! 
Autor: Marcelino de Andrés, L. C. y Juan Pablo Ledesma, L. C. | Fuente: Catholic.net



Revisando algunos cajones, he dado con este pensamiento. En la misma página aparecía un abuelo fumando en pipa. De sus frente cuelgan los años en arrugas. Su mirada es cansina, pero segura. Por momentos me parecía el protagonista de "El viejo y el mar".

No me he podido resistir y he soltado en mi interior las palomas de los recuerdos. ¡Cuántos personajes, cuántos seres queridos, de repente, han comenzado a desfilar en la pantalla de mi corazón! Y es que me parece un canto a la juventud fresca de nuestros mayores. Léelo despacio, con bastón, si lo necesitas. Percibirás una mirada más profunda, más luminosa de esa etapa final de la existencia terrestre. Son líneas de ilusión y de esperanza.


Me dicen que me estoy
haciendo viejo:
les diré que no es así.
La "casa" en que vivo,
ya sé, se está
deteriorando.
Eso ya lo sé.
Es que hace mucho
tiempo que la habito.
Ha pasado conmigo
muchas tormentas.
Ya está algo débil.

El techo está
cambiando de color.
Las ventanas ya están
un poco empañadas:
ya no se ve bien
hacia afuera.
Las paredes se sienten
débiles, quebradizas:
es que los cimientos ya
no están tan sólidos
como hace unos
cuantos años.
Mi "morada" se ha
vuelto temblorosa,
la estremecen el frío
del invierno, las noches
sin sueño.

Siento que estoy en
plena juventud,
ya que la Eternidad está
a un paso de mí,
una vida llena de vida,
sin posibilidad
de tristezas que
envejecen,
sin ausencias que nos
sacan canas,
sin dolor que atenta
contra la verticalidad
de nuestra existencia.

La Eternidad está a un
paso de mí.
Sin embargo mi "casa"
no soy todo yo.
Mis años, transcurridos
velozmente,
no me pueden hacer
viejo a mí,
alma siempre joven,
lozana y alegre.

Una inacabable vida de
gozo y de verdad.
Yo viviré allá
para siempre,
amando sin temor
de perder el Amor.
Y el Amor es la Vida:
¡que siga la vida!

¿Y decían que me
estoy haciendo viejo?
El que habita en mi
pequeña "casa"
está joven, lleno de luz
y de alegría,
principiando
justamente una vida
que durará, durará,
durará...
Ustedes solamente me ven
por fuera
y me repiten lo que
todos dicen:
anciano arrugado,
cabizbajo, trémulo,
lento...

Parece que se terminan
los horizontes.
No confundan mi
"casa" con lo que soy yo,
conmigo:
un nuevo amanecer,
horizonte con luz
indeficiente,
cielo de azul
indeclinable.
¡Que siga la vida!

¿Todavía dicen que me
estoy haciendo viejo?

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