domingo, 12 de octubre de 2014

Devotos de María.

Hoy es un buen día para preguntarnos cómo anda nuestra devoción a María, si es constante y fuerte, o por el contrario es débil e inconstante. Porque es bueno que recordemos que la devoción a la Santísima Virgen no es una devoción más, sino que después del amor a Dios, debe ir enseguida el amor a la Virgen, pues Ella es la que más nos ama después de Dios, y merece nuestro amor y devoción.
Es que siendo devotos de María ya tenemos el Paraíso asegurado, porque no hay ni hubo jamás alguno que haya sido realmente devoto de María, que se haya condenado.
Siendo las cosas así, es importante que tengamos en cuenta en nuestro diario vivir el pensar frecuentemente en nuestra Madre del cielo, puesto que Ella nos prodiga toda clase de bienes, ya que todas las gracias nos vienen, sí, del Señor, pero pasan a través de las manos de María.
Una linda oración para decirle a Dios es la siguiente: “Señor, dame todas las gracias y dones que María pide para mí”. Porque nuestra Madre celestial pide mucho para nosotros, y de esa manera seremos colmados por encima de lo que deseamos.

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