domingo, 1 de junio de 2014

El Papa: «Existe el riesgo de acostumbrarse a la crisis siria»

01 de jun de 2014
Francisco entrega un mensaje a los organismos caritativos católicos que trabajan en Siria y dirige un nuevo llamado a la comunidad internacional
Refugiados sirios en Líbano
«Debemos constatar con gran dolor que la crisis siria no ha sido resuelta, es más sigue adelante, y existe el riesgo de acostumbrarse a ella». Lo escribe Papa Francisco en el mensaje que entregó esta tarde a quienes participaron en el encuentro de coordinación entre los organismos caritativos católicos que desempeñan sus actividades en el contexto de la crisis siria, promovido por el Pontificio Consejo “Cor Unum”.
 
 
 
 
 
«Yo también llevo en la mirada y en el corazón al Medio Oriente, después del peregrinaje a TIerra Santa de los días pasados», afirma Bergoglio. «Hace un año, nos reunimos para insistir en el compromiso de la Iglesia en esta crisis y para lanzar juntos un llamado por la paz en Siria. Ahora nos encontramos de nuevo, para trazar un balance del trabajo hasta ahora desempeñado y para renovar la voluntad de proseguir por este camino, con una colabroación mucho más estrecha».
 
 
 
Pero la crisis siria no ha sido resuelta, es más «sigue adelante y existe el riesgo de acostumbrarse a ella, de olvidar a las víctimas cotidianas, los inenarrables sufrimientos, los miles de prófugos, entre los que hay ancianos y niños, que sufren y a veces mueren por el hambre y las enfermedades provocadas por la guerra. ¡Esta indiferencia –dice el Papa– hace daño! Una vez más debemos repetir el nombre de la enfermedad que nos hace tanto daño hoy en el mundo: la globalización de la indiferencia».
 
 
 
 
 
Las acciones de paz y la obra de asistencia humanitaria que los organismos caritativos católicos desempeñan en aquel contexto, añade Francisco, «son expresión fiel del amor de Dios por sus hijos que se encuentran en la opresión y en la angustia. Dios escucha su grito, conoce sus sufrimientos y quiere liberarlos; y a Él ustedes presten sus manos y sus capacidades».
 
 
 
 
 
Bergoglio pide a las organizaciones caritativas que operen «en comunión con los pastores y con las comunidades locales», para «organizar cada vez mejor sus esfuerzos para apoyar a las Iglesias locales y a todas las víctimas de la guerra, sin distinciones étnicas, religiosas o sociales».
 
 
 
 
 
El Papa vuelve a hacer un llamado a las «consciencias de los protagonistas del conflicto, de las instituciones mundiales y de la opinión pública». «Todos estamos consientes –afirma Bergoglio– de que el futuro de la humanidad se construye con la paz, no con la guerra: la guerra destruye, mata, empobrece pueblos y países. A todas las partes pido que, considerando el bien común, permitan inmediatamente la obra de asistencia humanitaria y que hagan, cuanto antes, callar las armas y que se comprometan a negociar, poniendo en primer lugar el bien de Siria, de todos sus habitantes, incluidos los que, desgraciadamente, han tenido que buscar refugio en otras partes y que tienen derecho de volver lo antes posible a esta patria».
 
 
 
 
 
Para concluir, el Papa dirige un pensamiento a las comunidades cristianas, «rostro de una Iglesia que sufre y espera. Su supervivencia en todo el Medio Oriente es una profunda preocupación de la Iglesia universal: el cristianismo debe poder continuar viviendo allí en donde están sus orígenes».

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